Antes de ponernos a escribir las líneas que van a articular los detalles de esta historia, queremos dejar claro, a modo de disclaimer, que estamos eufóricos, estamos muy eufóricos. Después de un año de sequía, por fin, podemos enseñaros la que ha sido nuestra primera boda de 2021. Pese a haber sido uno de los sectores más azotados por los tentáculos de la pandemia, nosotros no hemos perdido la ilusión y la perspectiva de seguir trabajando como fotógrafos de boda en Bilbao y Donosti, menos todavía cuando nuestras parejas nos sorprenden con celebraciones tan entrañables y llenas de significado como la que os vamos a mostrar a continuación. Lo que viene a continuación es una de esas historias internacionales que nos alientan a seguir trabajando como Destination Wedding Photographers in Spain.
Estamos seguros de que muchos os veréis reflejado en la historia de Amaia y Kyle, una de tantas que se vio marcada por las restricciones de la pandemia. Kyle es oriundo de Sudáfrica y la cuarentena le cogió por sorpresa en una visita a su país natal, no solamente se vieron forzados a estar separados, sino que además todos sus planes de boda se vieron frustrados. Fueron tres meses de pura exasperación e impotencia, pero al regreso de Kyle le siguió el plan con el que se burlarían de esta situación tan surrealista. Una celebración humilde con su círculo de personas más cercano presenciando la consolidación de un amor que no necesita de expresiones grandilocuentes para abrirse paso a través de un continente entero. Si la vida te da una pandemia mundial, devuélvesela con un buen revés en forma de ceremonia íntima.
El resultado, una resaca emocional de la que todavía no nos hemos recuperado gracias a un majestuoso elopement de invierno en lo más recóndito del norte de España. No podéis negar la exuberancia y lo sublime de la casona, ubicada en un pequeño rincón de Cantabria, que eligieron para consolidar su historia. Nosotros, por lo menos, no tuvimos otra opción que claudicar y dejarnos cautivar por el diseño de su boda. No estamos engañando a nadie cuando decimos que son este tipo de instantes los que dan sentido a nuestro trabajo. Lo que vivimos allí, la energía que nos embriagó y el estallido de emociones convirtieron el día en una experiencia estremecedora.
Quizá esta historia sea la verdadera expresión de aquello que llaman amor cuántico, una unión cósmica tan intensa y tenaz que traspasa las fronteras del aquí y del presente, que no necesita de un contacto físico inmediato para manifestarse. Esto se explica a través de la teoría del “enredo” cuántico, que no es más que la conexión entre partículas subatómicas que no comparten el mismo espacio, pero que han estado en contacto en algún momento de la existencia. Es esta trascendencia la que hace, por ejemplo, que podamos seguir amando a aquellas personas que ya no están entre nosotros. Fascinante ¿verdad? A nosotros nos parece unos de los postulados más apasionantes de la física cuántica. Llegados a este punto, nos vamos a bajar del carro de las divagaciones para que disfrutéis de estas imágenes impregnadas de un magnetismo irresistible.
“What makes this fragile world go round?”
A couple days later
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